No es nada raro que Hollywood se fije en una llamativa historia real para hacer con ella una película de presupuesto generoso y grandes aspiraciones comerciales. En esta ocasión, la tragedia ocurrida en 1996 ha sido rodada en formato de película, basada en en el best seller “Mal de altura” y estrenada el 18 de septiembre en cines. No pretendo convertir esta entrada en una crítica cinematográfica. Solo quiero, igual que antes lo hiciese Hollywood, aprovechar el mensaje de esta historia real.
Está bien. Estáis pensando que de no ser por la desafortunada tormenta que les sorprendió, no deja de ser un grupo de alpinistas profesionales que sabían lo que hacían en todo momento. !Así es muy fácil correr riesgos! ESTÁIS EQUIVOCADOS. Según describe en su libro John Krakauer: “Yo incluido, éramos una especie de chusma provinciana que se había colado en las Series Mundiales. (…) Para mí, estaba muy claro que ninguno de nosotros tenía la menor oportunidad de escalar el Everest sin ayuda”. El Everest no está a la vuelta de la esquina y la historia real de John no termina de parecerse en nada a nuestras vidas ¿O sí? ¿Solo son ejemplos de superación las historias de escaladores y montañistas? ¿Solo se necesita motivación cuando es cuestión de vida o muerte? Yo creo que no. “Se trababa de un momento de mi vida un poco raro. Recién divorciada, con 37 años y sin saber muy bien cuál era mi sitio ni dónde quería ir. ¡No voy a hundirme! Voy a hacer "ALGO PARA MÍ" – me dije. E intenté conocerme de nuevo, proporcionarme a mí misma una autoestima más sólida que aquella que pudiese ofrecerme otra nueva relación o compañía. Me elegí a mí misma y mis nuevos libros de Acceso a la Universidad como la mejor de las compañías, junto con el hecho de aprender y demostrarme que podía conseguir mis sueños y mis metas. POR SUPUESTO, LO LOGRÉ. Debo reconocer que no fue fácil. En ocasiones, me resultaba muy frustrante no comprender ni siquiera lo que me estaba pidiendo el enunciado de un ejercicio. Todo me resultaba muy tedioso ya que hacía mucho que no estudiaba y tenía que ponerme al día con demasiadas cosas en muy poco tiempo. ¡NO VOY A TIRAR LA TOALLA! – me repetía a diario. Decidí buscar ayuda. Entonces, conocí a mi profesora Natalia. Enseguida nos pusimos a trabajar y, poco a poco, aprendí a "despertar la mente". Pasadas algunas clases y con la confianza necesaria, mi cabeza funcionaba a pleno rendimiento. Simplemente me lo puso fácil y no porque el contexto ayudase (madre de tres hijos y muy ocupada laboralmente, en ese momento). ESTOY SATISFECHA Y ORGULLOSA DE MÍ MISMA. Soy universitaria (¡qué bien suena!). Me encuentro cursando primero del Grado de Psicología“. Nos cuenta -E- desde el anonimato. “Yo soy comercial. Tengo 34 años y llevaba varios pensando en que quería volver a estudiar. No sabía cómo, me daba vergüenza... Pero un día me dije: Y ¿por qué no? Cada uno es dueño de su propia vida y NUNCA ES TARDE. Así que me animé. Ahora que soy mayor sé lo que quiero estudiar: Grado en ADE (Administración y Dirección de Empresas). Me matriculé en la prueba de Acceso para Mayores de 25 años en UNED. No fue fácil. Me desanimé un poco hasta que conocí a Natalia, y conseguimos sacar todo de mí. Este año estoy en primer curso de Grado. Me siento feliz y reconfortada, sinceramente. Mi consejo: No lo penséis más. Estudiad lo que queráis. Os puedo asegurar que da tiempo a todo: Trabajo, familia, estudiar, deporte...Yo lo hago ;-)”. Añade Irene. “Preparé la Prueba de Acceso a la Universidad en la rama de ciencias. La experiencia fue dura. Trabajaba hasta las 20.00h y después iba a clase. Sin embargo, aprobar hizo que la satisfacción fuera enorme. Mereció la pena el esfuerzo. No fue fácil. Hacía varios años, dos o tres, que no tomaba apuntes. Decidí estudiar porque me encanta mi trabajo y quería evolucionar. Sobre todo por mí, para crecer como persona y ganar conocimientos. Ahora puedo decir que la experiencia fue increíble. A veces pensaba dejarlo pero me preguntaba qué pasaría si lograba aprobar y seguir adelante. Conseguí mi objetivo. Estoy estudiando y mi meta actual es continuar en mi empresa cada día más preparada, siendo, cada vez, más consciente de lo que hago (además de la recompensa económica que puede suponer). ¡NUNCA ES TARDE PARA CUMPLIR METAS!” Expone Yoli. CUMPLIERON SUS OBJETIVOS. CORONARON LA CIMA MÁS ALTA DE LA TIERRA. NO ABANDONARON LA ESPERANZA Y SE MARCARON NUEVAS METAS. Os invito de nuevo a ver el tráiler y adelantarlo hasta el minuto 2:17 SI LOS DEMÁS PUEDEN, TÚ TAMBIÉN
7 Comentarios
|
|